Realidad Profesional | Revista del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Provincia de Buenos Aires y su Caja de Seguridad Social
Nuevos desafíos. La Dra. Ana Molina (a la izquierda de la foto) reconoce nuevos retos en su carrera, consiente del contexto actual que atraviesa: “Hoy nuestro desafío es adaptarnos a enseñar con las nuevas tecnologías. Por eso tenemos que tratar de aprovechar herramientas como el celular en lugar de estar discutiendo su uso; debemos buscar la manera de guiar a los alumnos en la búsqueda de conocimiento”.
Si bien ha desempeñado tareas frente al aula hasta el año pasado, su profesión la encuentra actualmente en el puesto de Vicedirectora. “Trabajo en la Escuela de Educación Secundaria N° 2 de Llavallol, Lomas de Zamora. Entré en 1997 y de a poco fui concentrando toda mi carga horaria ahí. Al estar próxima a jubilarme decidí concursar el año pasado para ocupar un cargo dentro del equipo directivo”.
Con 22 años en la docencia, la profesional matriculada relata que cuando terminó la secundaria hizo dos carreras de forma paralela: la de Contador Público y la de Magisterio. “Cuando estuve habilitada para dar clases empecé a trabajar. En aquel entonces, cuando uno tenía el título de Perito Mercantil después de la secundaria ya podía iniciar a dar clases por la gran demanda de profesores que había, por lo que doy clases desde los 18 años. Obviamente empecé cubriendo suplencias cortas y de a poco fui aprendiendo y tomando más horas, ganando experiencia. A los 24 años me recibí de Contadora”.
Sobre la forma en la que ha combinado su profesión de Contadora con la de docente, asegura: “Es difícil combinar las profesiones, para mí ha significado una lucha diaria. Me ha sucedido que después de un día agitado de trabajo en el estudio la escuela termina siendo como un cable a tierra, y es también una forma de socializar los conocimientos técnicos que tenemos. Lo tomo como un lado social de nuestra profesión”.
En tanto, acerca de su nuevo rol en la institución, reconoce que desde allí “se puede ver cuáles son las necesidades de los chicos o los desafíos a los que nos enfrentamos los docentes. Mi deber es hacer un seguimiento y un desarrollo de la enseñanza de mis colegas dentro del aula, asesorarlos si lo necesitan en cómo deben dirigir sus prácticas educativas”, concluye.