Desde el Consejo, seguimos conociendo las historias de profesionales que cumplen 50 años en la matrícula. En esta ocasión, reunimos los testimonios de dos contadores de las delegaciones San Martín y Trenque Lauquen. La Dra. Marta Olmos, recibida en la UBA, narra las implicancias de ser una profesional  mujer a principios de los ´70 y sus peripecias a lo largo de su trayectoria laboral. Por su parte, el Dr. Mario Campodónico rememora lo que significó dejar su pueblo para enfocarse en el estudio y cómo eligió volver a su Salliqueló natal para desenvolverse como profesional matriculado.

La vocación hacia la contabilidad de la Dra. Marta Olmos, Contadora Pública (Tomo 28, Folio 219, matriculada en el Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Provincia de Buenos Aires), aparece en sus primeros años del colegio secundario. “Mi familia tenía también parientes que estaban estudiando Ciencias Económicas, pero no creo que hayan sido ellos quienes me hayan inculcado la carrera, la tenía a lo mejor por los profesores del secundario”, comenta la profesional perteneciente a la Delegación San Martín.

El paso de la colega por la Universidad de Buenos Aires estuvo atravesado por un tenso momento político y social. Me tocó una época de mucha controversia, problemas políticos, mucha guerrilla, muchos problemas fuera de la facultad, recuerda la contadora, quien grafica el pánico vivido luego de la cursada. “La última clase terminaba a las 9 de la noche y salía el último micro a la misma hora. Tenía que correr esas cuadras para tomar el micro, y a veces, cuando salía de la facultad, estaban todos los carros de asalto, y las balas de goma pasaban entre los presentes y la policía”.

A su vez, la colega describe otra imagen del estado de situación de lo que significaba graduarse a principios de los ´70. “Recibí mi título a través de una reja”, rememora la Dra. Olmos, al tiempo que afirma: Siempre fue un orgullo ser una universitaria de la UBA”.

La Dra. Marta Olmos, entre balances y liquidaciones de impuestos.
Si dejaba de lado la tecnología, moría como profesional
Dra. Marta Olmos

El costo de ser mujer

Al ya mencionado difícil momento social, había que sumarle las cuestiones de género. “La mujer tenía muchos problemas, era terrible. El hombre era lo principal, pero en la facultad no era tan así, había muchas mujeres”, relata la profesional en diálogo con RePro.

El machismo imperante de la época fue el marco normativo que forjaría su personalidad a base de injusticias, como cuando ganó un trabajo por concurso y se lo dieron a un hombre. “A mí me daban otra tarea y yo no la aceptaba”, asegura Marta. Una situación similar vivió cuando aplicó para el puesto de inspectora contable en la municipalidad de Pilar. “40 contadores, la única mujer era yo. Gané el concurso con otro joven contador. Fue terrible todas las cosas que me dijeron por ser mujer”.

La Dra. Olmos comenta que llegó a tener tres empleos en simultáneo: su propio estudio contable, su trabajo como contadora en la municipalidad de Pilar y su cargo como docente en colegios de Garín y Pilar.

A pesar de haber nacido en territorio porteño, confirma que su casa es la localidad de Garín, ubicada en el partido de Escobar. Yo no quería ir a capital, mi lugar en el mundo era la Provincia. En capital era un número, en Provincia era yo, Marta Olmos.”

Pertenecer al Consejo Profesional de la Provincia de Buenos Aires ha sido un honor
Dra. Marta Olmos

Los caminos de la vida

Sin saberlo, el día que pisó el Consejo Profesional para la ceremonia de juramento, conoció a quien sería su socio. “Con un contador con el que juramos juntos nuestro título en La Plata el mismo día, nos encontramos en la escuela, y con él iniciamos un estudio contable que todavía tengo”.

Los motivos de su matriculación fueron varios. “Necesitaba tener la firma autorizada, relacionarme con otros colegas, convivir en la profesión. ¿Cómo no iba a estar? Era una manera de compartir con mis pares”, asegura la contadora, para quien pertenecer al Consejo Profesional de la Provincia de Buenos Aires ha sido un honor”.

Cambio de época y balance personal

En más de 50 años de carrera, a las lógicas actualizaciones tributarias hubo que sumarle la modernización tecnológica, con la que asegura que “se ha llevado muy bien”. “Si dejaba de lado la tecnología, moría como profesional. Es un mundo, una diferencia brutal”, se sincera la colega, en comparación a sus primeros pasos como contadora, donde hacía “todo a mano”.

Sobre el final de la charla, le dejó un mensaje a los jóvenes profesionales que se inician en el mundo contable, como así también a aquellos que se encuentran cursando sus primeras materias. “Les digo que estudien, que sean decentes, que la profesión es hermosa y si uno la sabe llevar tiene caminos interesantísimos. En este momento hay muchas oportunidades de entrar en ramas nuevas”.

Tras una vida entre balances, realiza uno, pero no de índole financiero, sino personal. Fui feliz con mi profesión. Para mí, sé que como mujer pude llegar a obtener logros que no todas pudieron”, relata Marta, quien destaca que “la ética profesional ha estado siempre en mi vida”.

Mañana de sol y balances para el Dr. Mario Campodónico.

De turista en la capital provincial

Poco más de 50 kilómetros separan el partido de Salliqueló de la localidad de Carhué, donde el Dr. Mario Campodónico, Contador Público (Tomo 29, Folio 9, matriculado en el Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Provincia de Buenos Aires), decidió terminar el colegio secundario para orientar su formación hacia las ciencias económicas. “Estaba en Carhué de lunes a viernes, en la casa de una tía. De ahí iba al colegio. Iba el lunes a la mañana y regresaba el viernes a la tarde a Salliqueló”, rememora el contador perteneciente a la Delegación Trenque Lauquen, quien definió cuál sería su carrera universitaria con tan solo 12 años.

A la hora de elegir la facultad, Campodónico sabía que se dirimía entre la ciudad de La Plata, para desembarcar en la UNLP, o Buenos Aires, para ir a la UBA. Fue una decisión familiar, consideraban La Plata como un lugar más apropiado, aparte había más afinidad porque había familiares y más gente conocida, un lugar más chico y mejor para los estudiantes”.

“Para el estudiante del interior, aparecer en La Plata, solo, requiere un período de adaptación. Son muchos cambios, uno tiene que irse amoldando”, afirma el Dr. Campodónico en diálogo con RePro, consciente de que el desarraigo era parte del combo de lo que significaba el estudio”.


Pensando en volver

Sus ganas de regresar a su pago chico lo llevaron a rechazar ofertas laborales provenientes desde  otras provincias. “Cuando terminé de estudiar tuve una oferta en una empresa grande de Tucumán, pero tiró el tema de Salliqueló. No me arrepiento, una decisión de la que estoy muy satisfecho”, relata Mario, quien guarda en su vitrina personal la insignia de ser el primer contador de su localidad.

Es época de especialistas, no de generalistas en lo que es nuestra profesión
Dr. Mario Campodónico

A su vuelta, abrió su propio estudio contable, que mantiene hasta el día de hoy junto a sus hijas, también contadoras. Yo superviso, la miro más de arriba, comenta el Dr. Campodónico entre risas, al tiempo que agrega: “La diaria la manejan más ellas. Yo me dedico más a las empresas que atendemos”.

Su currículum cuenta con experiencias en el ámbito municipal y también una incursión en la docencia. “Tuve el apoyo de mi esposa, que es profesora de filosofía y esa parte me ayudó también a encarar la actividad docente”, asegura el colega.

Si bien uno se jubila a los 65 años, todavía nos queda hilo en el carretel para seguir trabajando
Dr. Mario Campodónico

Bodas de Oro: medio siglo junto al Consejo y la Caja

La relación con el Consejo se inició a partir de la matriculación, aunque lo conocía antes. “Tenía un primo que era contador y tenía conocimiento por los datos que me daba él. Estando en la Plata ya estaba al tanto de lo que era la institución y sus actividades”, relata Mario, en un vínculo que ya supera las 5 décadas, aunque reconoce que la distancia geográfica, al inicio, fue un problema. En la época en la que empecé a desarrollar la actividad, la delegación de la cual dependía Salliqueló era Bragado, estábamos muy lejos. Hasta que después se creó la Delegación Trenque Lauquen y ahí si tuvimos más relación porque era más cerca”. Para ponerlo en números: 350 kilómetros, casi 4 horas, separan Bragado de Salliqueló, contra los poco más de 110 kilómetros que lo dividen de Trenque Lauquen.

A su vez, el Dr. Campodónico define como “espectacular” el beneficio otorgado por la Caja de Seguridad Social, que le brinda la posibilidad al profesional de jubilarse y seguir ejerciendo. “No te cortan la actividad profesional. Si bien uno se jubila a los 65 años, todavía nos queda hilo en el carretel para seguir trabajando. Yo trabajo porque me gusta la profesión, no me cuesta trabajar, narra el colega, devoto de su oficio. Para el contador, poder seguir trabajando es una gran consigna, es un beneficio casi más grande que la jubilación”.

 

Entre cambios y consejos

En relación a los cambios tecnológicos, Mario afirma que todo lo que tiene que ver con actualizaciones lo maneja mucho con sus hijas. “Me mandan el tema cocinado”, ríe el contador, y añade: “Las planillas de cálculo nos posibilitaron muchas cosas, es una herramienta de infinitas prestaciones que facilitan el trabajo, nosotros antes teníamos que hacerlo todo a mano”.

Para Campodónico, estos tiempos que corren requieren que el profesional realice una especialización concreta de un tema. “Es época de especialistas, no de generalistas en lo que es nuestra profesión”, asegura, a modo de consejo para los jóvenes profesionales que recién inician la carrera en la que el ya tiene más de 50 años de experiencia.


TAGS •

contador, Universidad Nacional de La Plata, 50 años, Consejo Profesional, matriculados, aniversario, Buenos Aires, Delegación San Martín, Universidad de Buenos Aires, Delegación Trenque Lauquen,
Vorknews Sistema para diarios online