50 años de relación con nuestra institución merecen ser celebrados. La Dra. Mirta Pérez (Delegación La Plata) y el Dr. Héctor Caraccio (Delegación Chacabuco) ya llevan 5 décadas junto al Consejo Profesional y van por más. En esta ocasión, comparten con RePro su paso universitario, sus experiencias laborales y su acercamiento al Consejo, como así también su visión de la profesión, el impacto de las modificaciones tecnológicas en el quehacer laboral y sus recomendaciones para las futuras generaciones de profesionales y graduados en Ciencias Económicas. 

La profesión contable llegó a la vida de la Dra. Mirta Pérez, Contadora Pública (Tomo 30, Folio 63, matriculada en el Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Provincia de Buenos Aires), luego de la negativa de su madre a estudiar medicina. Yo quería ser médica, y mi mamá puso muchas objeciones, admite la colega en diálogo con RePro, quien decidió aprovechar lo aprendido en la secundaria al momento de iniciar su itinerario facultativo: “Como me había recibido como perito mercantil porque estudié en la escuela de comercio, seguí la carrera de contador. Entraba sin dar el examen de ingreso, afirma la contadora, decisión de la que, más de medio siglo después, no se arrepiente.

Los primeros años no fueron sencillos, sobre todo primer año. Tuve un profesor terrible, que me hizo la vida imposible. Después fue todo muy bien”, rememora Mirta, quien dice haberse sentido acompañada en las cursadas ya que había “mucha presencia femenina” en los pasillos de la Universidad Nacional de La Plata.

La Dra. Mirta Pérez, una apasionada de la auditoría.
No se puede dejar de estudiar jamás, sobre todo en la profesión nuestra. Hay novedades en forma permanente.
Dra. Mirta Pérez

Auditar los saberes

A diferencia de muchos colegas que tienen sus primeras experiencias una vez que consiguen su título universitario, la inserción laboral de Mirta llegó mientras era estudiante. Tuve la suerte de ingresar a un estudio contable en los dos últimos años de mi carrera profesional”, relata la contadora perteneciente a la Delegación La Plata. Una vez recibida, y luego de dar sus primeros pasos en la profesión contable, decidió abrir un estudio independiente con otro colega.

A mí me gusta la parte de auditoría, confiesa la Dra. Pérez, quien afirma que en los estudios contables lo que más se trata son cuestiones impositivas. “Ingresé en una institución de carácter civil en su origen y ahora de carácter gremial. Hace 54 años que estoy en esa institución", remarca Mirta, donde pudo dedicarse de lleno a la arista profesional que más le atraía.

Para la colega, las redes sociales han modificado todo, y haber ejercercido la profesión a mediados de los ´70 y también en pleno Siglo XXI requiere de actualizaciones constantes. ”Cuando yo empecé hacía los libros a mano, manuscrito. Cuando salió la primera computadora, lo que ahora es el Excel tenía otro nombre, mucho menos avanzado. Había que aprender a usarlo. Fuimos aprendiendo por prueba y error", narra la profesional.

Es excelente la decisión de nuestro Consejo y Caja de permitir que los profesionales puedan jubilarse y seguir ejerciendo.
Dra. Mirta Pérez

Un buen Consejo

Su relación con nuestra institución comenzó antes de matricularse, en el área de Prensa y Difusión. Estuve vinculada con el Consejo a partir de la realización de gacetillas. Salieron casi 2 años, eran como un folleto, una revista, de esa forma me acerqué”, recuerda la Dra. Pérez, quien se recibió como contadora en marzo de 1972 y se matriculó ese mismo año.

Para Mirta, es “genial” la posibilidad que otorga nuestro Consejo Profesional, a instancias de la Caja de Seguridad Social, de percibir el beneficio jubilatorio y poder seguir ejerciendo la profesión. “Yo lo estoy haciendo desde hace varios añosEs excelente la decisión de nuestro Consejo y Caja de permitir que los profesionales puedan hacerlo”, sostiene la colega en conversación con RePro.

Con la mirada puesta en las futuras generaciones, Mirta asegura que su recomendación para las próximas camadas de profesionales es que tienen que querer hacer lo que hacen, lo más importante en esta profesión, como en todas, es que si uno ama lo que hace, no va a tener problemas”, comenta la contadora, al tiempo que remarca la dedicación y el estudio como aptitudes centrales. “No se puede dejar de estudiar jamás, sobre todo en la profesión nuestra. Hay novedades en forma permanente”, afirma Mirta, en busca de la intersección entre pasión, empeño y estudio.

Otro día más en la oficina: el Dr. Héctor Caraccio en su estudio contable.

Contador de tiempo

El Dr. Héctor Caraccio, Contador Público (Tomo 30, Folio 56, matriculado en el Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Provincia de Buenos Aires), fue uno de los tantos jóvenes que llegó hasta La Plata desde el “interior” de la provincia de Buenos Aires para estudiar una carrera universitaria.

“Cuando terminé el secundario, decidimos con otro compañero ir a estudiar a La Plata. En ese entonces, muchos estudiantes generalmente se iban a La Plata. La ciudad es linda, estuve muy cómodo siempre viviendo allá, no tuve problemas”, recuerda Caraccio, quien a pesar de los más de 250 kilómetros que separan su Chacabuco natal de la capital provincial, jugó “de local” en su etapa facultativa.

“Algunas materias las daba libre y en otras tenía promoción. Eran épocas muy complicadas”, recuerda el colega, quien estudió gran parte de su carrera durante la dictadura de Onganía.

Recibido en septiembre de 1972, y con posibilidades de quedarse en La Plata para desempeñarse como profesional, decidió volver a su pago chico para buscar la forma de armar su propio estudio contable. Lo hice muy tranquilo, mi papá me ayudó. No había tantos contadores en Chacabuco, y también había mucho menos movimiento del que hay hoy y con otra forma de trabajar”, asegura Héctor en diálogo con RePro.

Apenas recibido, decidió incursionar en la docencia y dio clases en colegios secundarios en relación a su área de expertise: la contabilidad. “Trabajé hasta jubilarme, no lo dejé nunca, lo pude sostener”, asegura el profesional, al tiempo que agrega: “Muchos de los que fueron colegas cuando yo me recibí, habían sido profesores míos, me dieron clases en el secundario”,  ríe Caraccio, quien a su corta edad, había cambiado el rol de alumno para ponerse del lado del pizarrón.

Muchos de los que fueron colegas cuando yo me recibí, habían sido profesores míos, me dieron clases en el secundario.
Dr. Héctor Caraccio

Más de 5 décadas después de alzarse con el título de contador, mantiene su propio estudio, con renovación generacional. Hay contadoras más jóvenes, una de ellas fue alumna mía del secundario”.

En relación a las transformaciones tecnológicas y los cambios en la profesión, Caraccio se toma dichas modificaciones con calma: “Me acomodo en algunas cosas y en otras directamente no me molesto en hacerlas. Somos los contadores que empezamos con la máquina de escribir, con la máquina de calcular manual. Ahora no tenés que andar haciendo cálculos mentales ni manuales. Se trabaja de otra forma. Está todo simplificado por programas, por la computadora”.

Somos los contadores que empezamos con la máquina de escribir.
Dr. Héctor Caraccio

A su faceta profesional y docente, habría que sumarle una dimensión política, en los albores de la recuperación democrática, cuando fue invitado a sumarse a la campaña presidencial de Raúl Alfonsín. “Estuve vinculado a la Unión Cívica Radical. Cuando empezó el gobierno de Alfonsín, fui elegido concejal los 4 años del primer intendente de Chacabuco”, cuenta Caraccio, en la que no sería su única participación en la esfera pública: Al segundo intendente, muy amigo mío, radical también, lo acompañé como Secretario de Hacienda. Ese es otro costado que tengo por fuera de la profesión”.

Eso no es todo: con otro colega suyo, lideró un grupo de gente más joven para administrar el Club Social Chacabuco, en su rol como dirigente deportivo. “Hemos estado en comisión y hemos administrado algunos períodos”, narra orgulloso el colega, quien recibió el galardón de ser socio vitalicio de dicha institución.


Bodas de oro: 50 años con el Consejo

El boca en boca fue su puerta de entrada al Consejo Profesional. “Como yo tenía algunos colegas que habían sido profesores mío y eran contadores, me insistían. ‘Vos que sos joven, por qué no venís´”, rememora el profesional.

“Había un contador que hizo todo el movimiento para que hubiera una delegación en Chacabuco. Tenía una buena relación con esa gente y me invitaron a participar”, relata Caraccio, con una impresionante habilidad para hacer valer el tiempo.

A su vez, destacó la posibilidad que otorga la Caja de Seguridad Social de acogerse al beneficio jubilatorio sin tener que dar de baja la matrícula. “Me parece que está bien, uno sigue ejerciendo la profesión estando jubilado. No te retiran”, sostiene Caraccio, aunque consciente de que, como canta Fabiana Cantilo, nada es para siempre.


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