El Dr. Alejandro Matteazzi es Contador Público y docente universitario. En la Facultad Regional de Trenque Lauquen, su ciudad natal, de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), tiene a su cargo la materia Economía General. En este artículo, el colega narra su “llegada” a las ciencias económicas, sus inicios en la docencia, qué es lo que más le gusta de dar clases y algunas expectativas en relación a la profesión.

El término profesor encuentra su origen etimológico en el vocablo en latín ‘professōris’, proveniente de ‘profiteri’, formado por el prefijo ‘pro’ (delante, a la vista, frente a) y ‘fateri’ (confesar). Se utilizó originalmente para designar a aquellos que mostraban y confesaban públicamente (delante de los demás) sus creencias y fe al cristianismo. Las enseñanzas de los evangelios que estos creyentes realizaban (profesaban) fue lo que dio lugar a que dicho concepto terminara siendo sinónimo de maestro, docente, instructor o educador. En este sentido, muchos son los matriculados en nuestra institución que se desempeñan en el ámbito de la enseñanza universitaria y a quienes corresponde el título de profesor.

El Dr. Alejandro Matteazzi, Contador Público (Tomo 72, Folio 105, matriculado en el Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Provincia de Buenos Aires), es uno de ellos. Tras un breve paso por La Plata en su intento por estudiar abogacía, no imaginó que su vida estaría ligada de forma “accidental” con las ciencias económicas a partir de la realización del Servicio Militar Obligatorio. “En la colimba, me mandan a Toay y ahí aprovecho y me inscribo en Ciencias Económicas. En el año ´80 hago el curso de ingreso, rindo dos materias y ya en el ´81, con la colimba terminada, empiezo a cursar”.

A mí me gusta dar economía para salir de lo cotidiano.

Economía aplicada: la teoría en función de la práctica

Su primera experiencia laboral tuvo lugar antes de recibirse, en la Dirección de Industria y Comercio del Ministerio de Economía de La Pampa, y luego de varios trabajos en estudios contables, decidió recorrer su propio camino como profesional independiente. En paralelo, descubrió su vocación por la enseñanza a partir de un debate con sus colegas sobre la utilidad práctica de los conceptos abordados en el aula.

“Siempre tuve esa veta por una discusión que yo tenía con los profesores a la hora de dar clases. A mí me explicaban las áreas de ACME, ¿para qué me las explicaban, si en Argentina no se van a aplicar? Son para países de primer mundo y nosotros somos un país de tercer mundo. Explicame algo que yo vea acá en Santa Rosa, que tenga contacto el día que salga a la calle”, recuerda el profesional, para quien “se hacía todo en un marco muy teórico del que yo estaba en contra”. El colega, perteneciente a la Delegación Trenque Lauquen, pretendía explicar y abordar problemáticas cercanas a los estudiantes. “Podés estar en contra del sistema pero si estás dando clase, no podés armar tu propio sistema. A veces saco a los alumnos un poco de tema para meterlos en la realidad”.

El Dr. Alejandro Matteazzi, luego de la clase de Economía.

En relación a sus inicios, la posibilidad de estar al frente de un aula surge a raíz de una suplencia. Empezamos con un compañero que estudiábamos. Había que cubrir una clase de economía. Como éramos muy jóvenes, tendríamos 25, 26 años, dábamos clases ad honorem los dos juntos, casi un mes. Después de ahí, empecé a dar economía en la facultad como ayudante alumno. A mí siempre me interesó economía”, comenta el Dr. Matteazzi, para quien una de las cosas que más le gusta de su rol docente es que lo “obliga a estudiar permanentemente”.

“A mí me gusta dar economía para salir de lo cotidiano mío. Ir a dar clases sobre todo lo que hago durante el día, me aburre. La economía me saca de la temática diaria. Yo no lo miro como un medio de vida, sino como algo satisfactorio y que me hace crecer en una forma llamativa en cuanto a estudio. Me ha dado una dialéctica impresionante, ejercer como docente te da mucha cultura porque tenés que vivir estudiando”, comenta Alejandro en diálogo con RePro, al tiempo que agrega: “Hay una parte de la economía que es interpretación. Sobre un hecho económico, dos personas podemos interpretar algo distinto. Ninguno de los dos tiene razón y ninguno de los dos está equivocado, el tiempo dirá”.

Sobre un hecho económico, dos personas podemos interpretar algo distinto. Ninguno de los dos tiene razón y ninguno de los dos está equivocado.

Desafíos en todos los ámbitos

Alejandro comprende que “hablar” el mismo idioma de los alumnos es fundamental a la hora de acercarles los contenidos de una manera más amena. “Les hago armar un grupo de WhatsApp. Ahí cargo todos los trabajos prácticos y toda la bibliografía. En la web de la UTN, la gente no me lo mira. Sí en el WhatsApp”, sostiene el colega, resultadista. Sobre dar clases en dos siglos distintos, afirma: El cambio en tecnología es monstruoso. En aquel momento dábamos clases con pizarrón y tiza. Hoy se usa para todo el celular”.

Para el Dr. Matteazzi, los contadores públicos tienen la obligación de “ampliar la profesión, no solo liquidar impuestos y firmar balances, sino ir hacia una cuestión de asesoramiento. Tenemos que ayudar a los Licenciados en Economía a armar un país nuevo, sobre bases sólidas. No puede ser que siga renegando por las mismas cosas que yo escuchaba renegar a mi padre”.

Sobre el final de la charla, el profesional detalla un listado de 3 características que, a su criterio, debe tener un docente. “La cualidad número 1 es que le guste estudiar. La cualidad número 2 es que sepa expresar lo que estudió. Y la cualidad número 3 es traer a la realidad a los futuros profesionales”.


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