Realidad Profesional | Revista del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Provincia de Buenos Aires y su Caja de Seguridad Social
El Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Provincia de Buenos Aires tiene muchos ámbitos donde los colegas pueden sumarse a participar, ya sea en las propias delegaciones o integrando comisiones o comités. Más allá de las cuestiones técnicas relacionadas con el quehacer profesional, nuestra institución cuenta con un coro propio, espacio que le otorga relevancia a la música desde mediados de 1990. En esta nota, conocemos los detalles de los ensayos, qué música cantan y las particularidades de la actividad coral, desde la voz de sus protagonistas.
El Consejo Profesional de la Provincia de Buenos Aires es la institución que reúne, contiene y cobija a todos los profesionales de las ciencias económicas en territorio bonaerense. Aquí, los colegas jerarquizan la profesión en conjunto, se capacitan, asisten a jornadas, cursos y talleres, construyen su jubilación y se forman como dirigentes. Pero no solamente es un espacio en el que se debaten cuestiones aledañas al quehacer profesional. También, hay lugar para el ocio, la recreación y el arte.
La Dra. Mabel Fatelevich, Contadora Pública (Tomo 58, Folio 60, matriculada en el Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Provincia de Buenos Aires), es de la ciudad de La Plata y canta desde los 5 años. A partir de un amigo de su familia, se enteró que el Consejo Profesional del que ella formaba parte como matriculada contaba con un coro propio, y no dudó en sumarse en pos de unir sus dos pasiones: el canto y las ciencias económicas.
“Mi hermana es Licenciada en Educación Musical de Bellas Artes, y tenía un compañero de la facultad que era Bernardo Teruggi. Yo siempre digo que él es mi hermano de la vida, el hermano que no tuve. Yo ya cantaba en un coro con él, porque toda la vida canté. Un día me dice: 'Venite al coro de tu agremiación que estoy dirigiendo yo'. Así que en 1997 me metí en el coro del Consejo, y estoy ahí desde esa época ininterrumpidamente. Todavía no me echaron”, cuenta la colega entre risas, quien es la integrante más experimentada de la formación.
27 años después, todo sigue igual de bien, o mejor. “Para mí, la música es lo que me ata a la vida, porque trabajo muchísimas horas del día, pero cuando llega el momento del coro, es como que tengo el espacio para mí, para dar rienda suelta a todo lo que pasa por adentro. La música es arte instantáneo, una vez que sale la armonía y la escuchás es como que se hizo la magia”, sostiene la colega.
En el 2014, Antonella Sarteschi se sumó al coro de nuestra institución como asistente de dirección, hasta llegar a ser la directora. En ese sentido, afirma: “Mi función en el coro no solamente es la del armado y preparado de la obra, de la música que vamos a interpretar, sino darle cierta intención interpretativa. Cuando uno es director, uno crea una imagen sonora mental y me imagino qué es lo que quiero hacer con esa música. Genero una imagen y se la transmito al coro”.
Sobre la conformación, Antonella explica que el de nuestra institución “es un coro a 4 voces. Tiene dos voces masculinas y dos voces femeninas. Yendo de lo más agudo a lo más grave, está compuesto por soprano, contraalto, tenor y bajo. Cada una de estas voces es independiente entre sí, canta una línea distinta. Y todas juntas, son las que hacen el sonido del coro”. En la actualidad, Antonella tiene la ardua tarea de dirigir a casi a 30 personas. “Hoy por hoy, el coro tiene 4 bajos, 10 tenores, 8 contraaltos y 7 sopranos”, detalla en diálogo con RePro.
En relación a las profesiones, no solo participan matriculados de nuestro Consejo. Hay estudiantes de ingeniería, profesores, preceptoras y obviamente, contadores. “Tenés psicólogos, personas que estudiaron ciencias de la educación, muchos chicos que estudian música. Eso enriquece mucho el coro porque son chicos jovencitos que le dan otra impronta. Participar te rejuvenece”, remarca la Dra. Fatelevich.
Los ensayos se llevan a cabo en el segundo piso del edificio de Sede Provincial, todos los jueves de 19 a 21:30 y un lunes por mes, en el mismo horario. Con respecto al repertorio, Mabel afirma: “Cantamos todo tipo de música: ciudadana folclórica, melódica, americana, latinoamericana. Hemos cantado en japonés, italiano, y estamos preparando una obra de Mozart que es en latín, y se disfruta mucho”.
Por su parte, Antonella agrega que en el presente 2024 decidieron realizarle un homenaje a una de las arregladoras vocales más fructíferas que tuvo nuestro país: Liliana Cangiano. “Fue increíble la producción que dejó de arreglos de música popular. En su mayoría, estamos haciendo temas argentinos, pero con arreglos corales de ella. Son canciones de música popular tomadas y modificadas para que se puedan cantar en coro”. A su vez, la elección del repertorio se define “en equipo”. “Yo no trabajo sola, tengo asistente de dirección y preparadora vocal. Yo hago una bajada de línea, ahí vemos y definimos. Si sugieren por ahí alguna obra que a mí no se me ocurrió y está buenísima, vamos para adelante. También ha pasado que uno planifica una obra y tiene una dificultad que el coro la supera ampliamente y entonces ponés algo un poquitito más complejo. Uno va trabajando también en base a la herramienta que tiene”, asegura Antonella. En el coro, la herramienta son las personas y sus voces.
Lógicamente, para potenciar el desarrollo de lo visto en el ensayo se requiere de un compromiso extra, donde los integrantes del coro se llevan tarea para el hogar. “Tenemos las partituras que nos provee la profesora y nos pasan MIDIs con grabaciones voz por voz como para aprender en casa. A las obras complicadas hay que estudiarlas un montón”, se sincera la contadora Fatelevich.
Sobre el final de la conversación, tanto corista como directora coinciden en que el momento más lindo es cuando se hace la música. “A mí la actividad coral es una actividad que me completa, que me llena, que me encanta. Lo que más disfruto es cuando estamos ensayando y sale una armonía y la música suena y la sentís adentro, la magia de la música”, dice Mabel. Antonella responde en la misma dirección. Para ella, “lo más lindo de trabajar como directora es el momento en el que la música está sonando. Cuando estás dirigiendo y te das cuenta que el grupo está conectado con lo que estás haciendo, te están siguiendo la géstica y están todos trabajando y haciendo exactamente lo mismo en el mismo momento, esa es la sensación más linda que tenés, casi de elevación, donde uno está flotando”.