Realidad Profesional | Revista del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Provincia de Buenos Aires y su Caja de Seguridad Social
El Dr. César Aramayo obtuvo el título de Contador Público en la Universidad Nacional del Sur, y a meses de su recibida, con menos de 30 años, fue designado Contador Municipal de Coronel Rosales, cargo que ocuparía hasta el 2018. En esta nota con RePro Digital, el colega relata sus inicios en el ámbito municipal, sus vivencias en la gestión pública y la relación con nuestro Consejo Profesional, luego de 36 años ininterrumpidos al servicio de la contabilidad de su ciudad.
Coronel Rosales es uno de los 135 municipios que integran el territorio bonaerense, ubicado al sur de la provincia. En 1945, su ahora ciudad de cabecera, Punta Alta, logró independizarse de Bahía Blanca y conformar un nuevo partido. Ante la necesidad de bautizarlo, se pensó en el nombre de algún marino para dar relevancia a la importancia de la Armada en el distrito. La elección recayó en el Coronel de Marina Leonardo Rosales, quien combatió en las guerras civiles argentinas y en la Guerra con el Imperio del Brasil.
En 36 de los 79 años que tiene el partido, el cargo de contador municipal fue ocupado por el Dr. César Aramayo, Contador Público (Tomo 55, Folio 231, matriculado en el Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Provincia de Buenos Aires). “El 1° julio de 1982 ingresé como contador municipal y en 2018 me retiré. Fueron 36 años y medio de contador ininterrumpido. La verdad que me encantó”, sintetiza el colega.
Atraído por la contabilidad desde pequeño, el Dr. Aramayo se inscribió en la Universidad Nacional del Sur y durante 6 años viajó todos los días desde Punta Alta a Bahía Blanca para cursar la carrera de Contador Público, título que conseguiría en 1982, en plena Guerra de Malvinas. “Los dos primeros años fueron en 1974 y 1975, y a partir de marzo de 1976 vino el golpe militar y la universidad también cambió de perfil. Viví el tema de los desaparecidos muy de cerca. Mi mamá tenía mucho miedo todas las noches de que no llegara”, cuenta César, pintando en una frase el clima de época.
“Tenía mucha expectativa, mi familia también. Fui el primer profesional de mi familia”, narra con orgullo el colega, al tiempo que detalla los avatares de su rol como contador municipal. “Sufrí mucho los primeros años porque era todo nuevo, todos los errores eran aprendizaje. Tuve la suerte o la desgracia de que el intendente tenía 33 años, los secretarios 30, y yo 26. Éramos todos muy jóvenes”, sostiene César, para quien su militancia política pudo haber cambiado el destino de su carrera mientras daba sus primeros pasos en el municipio. “Cuando gana la elección un intendente radical, el primer día de gestión le llevo una carta de renuncia. Le dije que tenía que traer a su gente, de su color político, su equipo de trabajo, con su proyecto. 'Nosotros investigamos, sabemos quién sos vos. La democracia la tenemos que sacar adelante entre todos, dedicate a la parte técnica y yo te voy a apoyar. Me interesa que me cubras la espalda'”, narra César sobre las palabras que le dijo el jefe comunal y que lo hicieron rever su decisión inicial.
Si bien el profesional no dejó de lado sus ideas políticas, sostiene que le dio “prioridad a la institucionalidad”. “Le dije a mi equipo de trabajo que teníamos que ayudar al intendente como marca la Ley Orgánica y asistirlo en todas las cuestiones económico-financieras. Al principio tenían desconfianza, pero ya con el correr del tiempo nos terminaban dando el apoyo”. Para él, su máxima satisfacción es que “hoy en día todos los intendentes que me ven me dan un abrazo, y eso para mí no tiene precio, es importante desde el punto de vista humano”, relata el Dr. Aramayo, quien compartió gestión con 10 jefes comunales diferentes a lo largo de casi 4 décadas de trabajo: 2 del proceso militar y 8 de la democracia.
En diálogo con RePro Digital, César remarca las diferencias del ejercicio de la profesión a partir de la inclusión de la tecnología. “Cuando arranqué yo, teníamos que llevar todo a mano y los balances teníamos que pasarlos en una máquina de escribir. Imaginate el trabajo. Después vino el proceso de registro computarizado y luego el RAFAM”, cuenta el profesional, haciendo referencia a las siglas de la Reforma de la Administración Financiera en el Ámbito Municipal, definida por él mismo como la “frutilla del postre” hacia la transparencia. “Hizo todos los planes de cuentas de los municipios de la provincia de Buenos Aires iguales. Antes vos no podías comparar un balance de un municipio con el de otro porque tenían planes de cuentas distintos. Es maravillosa la contabilidad de los municipios porque un intendente puede pedir un balance y sale con hora, con fecha, y hay responsables por módulos”, sostiene el Dr. Aramayo, al tiempo que agrega: “Antes, casi toda la responsabilidad quedaba en cabeza del intendente y del contador, y ese fue un avance muy importante para la transparencia. El contador es el coordinador pero no puede ser el responsable de todo”.
Para César, no alcanza con solo mostrar los números del partido y decir en qué áreas o proyectos se está gastando el dinero de los contribuyentes, sino que es necesario “insistir en la interpretación de los datos que aparecen en las páginas oficiales de los municipios”. “Cuando se elevan las rendiciones de cuentas, son tan voluminosas y tan complejas que a veces hasta los propios concejales no saben o les cuesta mucho el análisis. Tal vez es una materia pendiente simplificar cierta información para que el ciudadano común pueda entender y hacer su aporte, su crítica”. A su vez, indica que “la parte técnica económica tendría que tener más publicidad, para que la gente vaya interiorizándose sobre cómo es la contabilidad”, y de esa forma, fomentar el compromiso de la ciudadanía para el control de los gastos del municipio.
El Dr. Aramayo vio nacer la Comisión de Profesionales en Ciencias Económicas en el Ámbito Municipal de nuestro Consejo, espacio que fue una referencia absoluta para todos los colegas que se desempeñaban en la función pública. “Yo no veía la hora de tener mi reunión de contadores mensual en algún lugar de la Provincia. Nos asistíamos todos los contadores con los problemas comunes que teníamos. Ahí nacían contactos, experiencias de otros municipios y nos íbamos comunicando por teléfono”, afirma César, demostrando un alto grado de camaradería. “Eso se ha multiplicado por 10 hoy en día, entre la comunicación y la organización que tiene la Comisión, es maravillosa. El grado de solidaridad es impresionante y hay un entusiasmo generalizado”, confirma el contador, quien destacó el rol fundamental del Dr. Olver Benvenuto, “padre” de la Comisión.
Desde su visión, el Dr. Aramayo interpreta que el contador municipal debe ser tanto un ladero del jefe comunal como así también su asistente técnico. “Uno tiene que saber absolutamente de todo porque es la persona que asiste al intendente desde el punto de vista técnico, y si le pide una opinión de situaciones de la realidad, se la tiene que dar”, comenta el colega, en relación a la incidencia e importancia de la percepción del profesional en ciencias económicas en la gestión pública. Sobre las cualidades que deben poseerse para este puesto, agrega: “Lo que tiene que tener el contador es perseverancia, paciencia. Lo fundamental es tener un contacto directo con el intendente, que lo conozca, que se junten, que lo asista, armar un buen equipo de trabajo y no tener miedo”.
En ese sentido, César describió las implicancias de ser contador municipal en el interior de la provincia. “Nosotros somos medio contadores y medio médicos clínicos, que tenemos que hacer todo. Nuestras municipalidades son chiquitas, entonces no hay un equipo técnico por una cuestión de presupuesto como tienen otros grandes municipios. Nos fuimos aggiornando a la realidad económico financiera”, afirma el colega. El último censo, realizado en 2022, arrojó que el municipio de Coronel Rosales cuenta con 67.503 habitantes, una población un 12% mayor que cuando César se sumó a la municipalidad a principios de 1980.