Realidad Profesional | Revista del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Provincia de Buenos Aires y su Caja de Seguridad Social
En la provincia de Buenos Aires, la auditoría pública se divide en interna y externa. El Honorable Tribunal de Cuentas (HTC) se encarga de la auditoría externa, mientras que las Unidades de Auditoría Interna (UAI), supervisadas por la Contaduría General provincial, gestionan el control interno. La auditoría tiene como objetivos garantizar el buen funcionamiento del control interno, la aplicación adecuada de normativas, y la eficiencia en la gestión. Mientras que las auditorías internas buscan identificar y corregir desvíos, el HTC es quien puede imponer sanciones por incumplimientos. Desde su experiencia en el Ministerio de Salud bonaerense, la Dra. Cecilia Tognetti resalta cómo un control interno riguroso y auditorías constantes contribuyen a una gestión más eficaz y económica en los hospitales provinciales.
Del concepto “auditoría” propiamente dicho, se me viene a la mente una primera clasificación, que distingue entre auditoría interna y externa. Cuando nos posicionamos en el sector público, y en especial en el de la provincia de Buenos Aires, estos conceptos están determinados por un organismo constitucional como el Honorable Tribunal de Cuentas (HTC), que ejerce la auditoría externa de toda la Provincia, y de las diferentes Unidades de Auditoría Interna (UAI) que funcionan dentro de ministerios y entidades gubernamentales.
En el territorio bonaerense, existe un control de todas las UAI, que se encuentra bajo la responsabilidad de la Contaduría General de la Provincia como organismo de control de la Hacienda Pública, en base a lo preceptuado en la Ley 13.981, mediante Resolución 405/17 del citado organismo.
Todos los años se debe elevar al comienzo del ejercicio el Plan Anual de Auditoría a desarrollar, en donde se incorporan a los proyectos particulares de cada jurisdicción, los proyectos de auditoría específicos solicitados por el organismo de control, que deben ser realizados y presentados en Informe Final por todas las UAI.
El concepto de auditoría como un examen crítico y sistemático de las actuaciones y de los documentos en los cuales se refleja, con la finalidad de averiguar la exactitud, integridad y autenticidad de los mismos, nos lleva a pensar en los objetivos de la auditoría gubernamental:
Cuando se habla del sector público, debemos tomar en consideración las necesidades que deben ser satisfechas y los fines de interés general. Por ello, la auditoría interna tiende al concepto más moderno de la misma que es la Auditoría de Gestión. En ella lo que se busca es lograr la eficiencia, eficacia y economía.
La tarea de auditoría tiene tres momentos primordiales:
Llegado a este punto, se debe destacar la responsabilidad como principio que rige tanto la tarea del auditor como la de los funcionarios en general y los propios auditados. Resulta necesario recordar la acción de auditoría externa ejercida por el HTC, en donde se ponen de manifiesto no solo las observaciones vertidas en sus fallos, sino también la cadena de responsables y las consecuencias ante el incumplimiento de las responsabilidades como funcionario público. Este organismo de control externo, a través de sus fallos, evidencia las falencias en el sistema de gobernanza y puede llegar a aplicar sanciones tanto de apercibimiento como pecuniarias.
Previo a esta auditoría externa, se encuentra la intervención de las Unidades de Auditoría Interna de cada jurisdicción para asegurar el correcto funcionamiento del control interno en todas las áreas, y la implementación de las medidas pertinentes para reducir desvíos y sus riesgos.
Por ello, es muy importante la tarea del auditor interno dentro de la organización, evaluando el sistema de control interno y del funcionamiento de todas las áreas; desarrollando un proceso de retroalimentación en base a las evidencias encontradas, las conclusiones y recomendaciones vertidas; y llevando a cabo la implementación de medidas correctivas y el inicio de un nuevo proceso de control.
Durante muchos años, se pensó que el rol del auditor se centraba en descubrir un fraude e iniciar las actuaciones sumariales pertinentes. Si bien esta situación puede presentarse en situaciones especiales y muy determinadas, no es la finalidad de la auditoría interna, ni su espíritu.
Dentro de las organizaciones gubernamentales, su objetivo es constatar que tanto metas como objetivos sean alcanzados dentro del marco legal vigente, con la mejor idoneidad y costo posible, tratando de proteger sus activos, y ofreciendo conclusiones valiosas a tomar en consideración para una mayor eficiencia, junto a la retroalimentación de los procesos a fin de disminuir riesgos.
En particular, desde la experiencia desarrollada como auditora contable en el Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires y actual Directora del área de Auditoría Interna, resalto la importancia del Control Interno de las Administraciones y el desarrollo de auditorías permanentes, como así también, la necesidad de comunicar el resultado del proceso, a los fines de dejar evidenciado si existieren desvíos y las recomendaciones pertinentes para subsanar esta situación. Dentro de nuestra institución, y teniendo en cuenta que el Ministerio cuenta con más de 80 hospitales provinciales y Regiones Sanitarias que se desenvuelven con autonomía, la tarea es amplia y de diversos temas: compras, depósitos, circuitos administrativos contables, cooperadoras hospitalarias, cuentas especiales, bienes patrimoniales, etc.
De la tarea periódica de control a la cual se adiciona la capacitación permanente de los hospitales, se desprenden resultados que demuestran la corrección de errores y desvíos, lo que nos ha llevado tener una gestión más eficaz, eficiente y económica.
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