ARTÍCULO PUBLICADO EL viernes 14 de agosto
Edición N. 116 - Julio / Agosto 2020

EDITORIAL

DEL ESCRITORIO DEL PRESIDENTE

Dr. Hugo R. Giménez Dr. Hugo R. Giménez Presidente del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Provincia de Buenos Aires

Al momento de escribir estas líneas, llevamos 147 días desde que comenzó el Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio. En este período toda la población ha tenido que adecuar la forma de desarrollar sus actividades de acuerdo a las restricciones impuestas.

Y los profesionales de Ciencias económicas no hemos sido la excepción. Con el agregado de que las tareas se vieron incrementadas notoriamente por los requerimientos de normas dictadas para asistir a las unidades económicas en estos tiempos de crisis, sumados a los que habitualmente debemos desarrollar, y que han visto levemente modificados sus calendarios.

Hemos trabajado a destajo, buscando que nuestros comitentes puedan ver comprometida su subsistencia en la menor medida posible. Lo hemos hecho en días y horarios poco habituales, con la responsabilidad de siempre, y con la convicción de estar llevando a cabo tareas que para todas las empresas resultaban esenciales. Tuvimos que adaptarnos en tiempo récord a la modalidad a distancia con herramientas tecnológicas adecuadas.

Pero no solo nuestra actividad no ha tenido el debido reconocimiento, sino que, por el contrario, hemos sido calificados como un gasto evitable para las unidades económicas, sin considerar que nuestra función les agrega un valor trascendente, porque somos el producto de nuestra formación universitaria, de nuestra necesaria capacitación permanente de manera de poder estar eficientemente al servicio de nuestros comitentes y enfrentar con pericia las dificultades que en la actividad cotidiana se nos presentan.

Los profesionales de las ciencias económicas hemos estado comprometidos, como es habitual, con la problemática que la coyuntura impone. Nuestras instituciones han puesto de manifiesto, insistentemente, que el marco en el que desarrollamos la tarea no resulta acorde al de un graduado universitario. Sistemas informáticos inestables, plazos que en ese contexto se tornan difíciles de cumplir, han sido algunos de los problemas que caracterizaron a la actividad de nuestros matriculados en estos días.

Es un viejo anhelo de los profesionales desarrollar nuestra tarea en un marco menos caótico: con requerimientos que permitan una adecuada planificación de tareas, con normas que se pongan en vigencia de forma tal de que no se produzcan errores de interpretación y sus consecuencias, con sistemas informáticos estables que eviten tener que trabajar en horarios insólitos buscando su mejor funcionamiento. El escenario actual se ha visto potenciado por esta inédita crisis, en la que se muestra claramente que la responsabilidad no se diluye con los inconvenientes, sino que, muy por el contrario, hemos potenciado el respeto al juramento con el que dimos comienzo a nuestra actividad profesional.

Más allá de las dificultades y de algunas cuestiones puntuales, nuestra Institución ha tomado las medidas necesarias para garantizar la continuidad de la actividad de los matriculados. Seguramente algunas de las limitaciones impuestas irán adecuándose con el transcurso del tiempo y de la evolución de las condiciones sanitarias. En algún momento podremos volver a llevar a cabo, con restricciones y en forma progresiva, todo aquello que la emergencia obligó a suspender. Del accionar responsable de todos depende que ese momento llegue lo antes posible.

Vaya nuestro reconocimiento a todos los matriculados por el esfuerzo realizado para enfrentar esta situación con el mayor grado de responsabilidad social y profesional.

Hasta la próxima.

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