Realidad Profesional | Revista del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Provincia de Buenos Aires y su Caja de Seguridad Social
El presente artículo es un resumen del trabajo ganador del Premio Consejo de la Delegación Lomas de Zamora bajo el lema “El rol del profesional en Ciencias Económicas en el siglo XXI”. Al pie de este espacio encontrará el link para descargar la versión completa.
El objetivo del trabajo presentado fue abordar el rol del profesional de Ciencias Económicas y sus incumbencias profesionales desde una mirada holística, que lo posicionan en las organizaciones y en la sociedad como un agente de transformación que impulsa la creación, desarrollo y gestión de nuevos modelos de negocios donde el éxito se mide, no solo por el rédito económico, sino también por el bienestar de las personas, la comunidad y el medioambiente.
Las autoras aseguran que “tenemos como profesionales el compromiso de asesorar a las empresas hacia el desarrollo sostenible y rendición de cuentas de forma transparente. Pues, tenemos la oportunidad de asumir el Rol de líderes que las impulsen en el cambio hacia la sustentabilidad y de poner en valor el Balance Social como herramienta que nos posibilitará acompañarlas en este camino, al permitirnos reflejar el impacto social y ambiental que éstas generan y su evolución”.
El presente artículo es un resumen del trabajo ganador del Premio Consejo de la Delegación Lomas de Zamora bajo el lema “El rol del profesional en Ciencias Económicas en el siglo XXI”. Al pie de este espacio encontrará el link para descargar la versión completa.
El objetivo del trabajo presentado fue abordar el rol del profesional de Ciencias Económicas y sus incumbencias profesionales desde una mirada holística, que lo posicionan en las organizaciones y en la sociedad como un agente de transformación que impulsa la creación, desarrollo y gestión de nuevos modelos de negocios donde el éxito se mide, no solo por el rédito económico, sino también por el bienestar de las personas, la comunidad y el medioambiente.
Según el Informe Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas 2019, 186 países ratificaron el acuerdo de París sobre el cambio climático y han comunicado sus contribuciones a nivel nacional. Se incrementó la cantidad de actores comprometidos con los ODS y las normativas e instrumentos que apoyan el consumo y la producción sostenible. Acompañando estos incrementos, se vio disminuida la pobreza extrema y la mortalidad infantil.
Pero a pesar de todos los esfuerzos realizados durante el 2019, el Calentamiento Global sigue siendo una amenaza. Se incrementó el nivel del mar, se registraron los veranos más calurosos de la historia y más de 1 millón de especies se encuentran en peligro de extinción. Todo esto sumado a la degradación de los suelos y los desastres naturales. El informe estima que si no logramos revertir esta situación en el 2050 habrá 140 millones de refugiados climáticos.
Si bien todavía no se sabe los efectos finales de esta pandemia, se estima que los resultados de los ODS para el 2020 serán desalentadores.
Parece que la amenaza a largo plazo del calentamiento global dejó de tener importancia ante la urgencia del Covid-19. No se puede elegir cuál de los dos fuegos apagar, cambio climático o coronavirus, porque ambos son consecuencia de lo mismo. Con nuestro sistema de producción lineal hemos debilitado los ecosistemas que nos protegen. La comunidad científica hace años viene diciendo que la pérdida de biodiversidad actúa como catalizador para la expansión de virus y enfermedades infecciosas. La razón es que la diversidad de animales y plantas funciona como un escudo protector. Muchas especies actúan como huéspedes de virus que ni siquiera conocemos aún. Si disminuimos esta diversidad y destruimos ecosistemas, facilitamos que dichos virus “salten” al ser humano. De hecho, se estima que el 75% de las enfermedades nuevas emergentes que infectan a las personas proviene de animales
Ante este contexto el mundo cambia, surgen nuevos movimientos internacionales como Imperative21 con empresas que redefinieron el concepto de éxito, con modelos de negocios que integran la mirada económica con la social y medioambiental y un nuevo concepto de creación de valor de manera colaborativa (innovación y co-creación). Respondiendo a un nuevo mercado con consumidores e inversores que demandan este tipo de empresas. La primera campaña de Imperative21, “Redefinir el capitalismo”, se lanzó el 13 de septiembre con acciones previstas en NY, Londres, Washington, São Paulo y otras ciudades. Esto movilizará a las empresas y a la sociedad a favor de la redefinición del capitalismo. Lanzado a nivel mundial, busca llegar a más de 72 mil empresas en 80 países, influyendo alrededor de 18 millones de trabajadores, que ya forman parte de la coalición. Los fundadores de la coalición global son B Lab, The B Team, CECP (Chief Executive for Corporate Purpose), Conscious Capitalism, Coalition for Inclusive Capitalism y Just Capital.
Esta nueva perspectiva no es exclusiva de las empresas, hay muchas Alianzas a nivel mundial que involucran gobiernos, empresas, entidades financieras, inversores, ONGs, Universidades y todas trabajando en conjunto con una mirada de triple impacto hacia una nueva economía
Claramente nuestro país no queda aislado de la situación descripta a nivel mundial. Por el contrario, viene sufriendo un grave impacto como consecuencia de la pandemia por COVID-19. Argentina ya venía afectada por grandes desafíos estructurales y hoy no solo que sufre una crisis alimentaria, socio sanitaria y productiva más profunda, sino que además se prevé que atraviese por una mayor contracción económica, pérdida de empleo, aumento de la pobreza y nuevos retos para el desarrollo sostenible y la paz social. Y si bien, tiene la capacidad para mitigar los efectos, y construir una recuperación sólida, basada en un desarrollo sostenible e inclusivo, la respuesta necesitará ser multidimensional, amplia y coordinada, en el marco de la Agenda 2030 y los ODS, con el fin reconstruir mejor y no dejar a nadie atrás.
Frente a todo lo anteriormente expuesto, estamos convencidos que, para salir adelante, la sostenibilidad es la única alternativa viable que tenemos en nuestras manos. Pues, el desarrollo sostenible es aquel modelo de producción y consumo en el cual generamos crecimiento económico, conservamos los recursos naturales y promovemos la equidad social.
El panorama descripto nos desafía como profesionales a replantearnos cuál es el rol que debemos asumir para adaptarnos a las nuevas demandas de la sociedad, los consumidores y los inversores. Demandas que tienen que ver con modelos de negocios que además de buscar rédito económico, sean más comprometidos social y medioambientalmente.
Como profesionales tenemos una oportunidad única de ser parte de un cambio global. Por eso, debemos capitalizar este desafío como un puente para convertirnos en líderes de cambio hacia la sustentabilidad y el triple impacto, ayudando a las organizaciones a transitar por este camino alineando su estrategia de negocios con la agenda 2030 pues, gestionar con criterios de sostenibilidad y una mirada de largo plazo es, ante todo, un buen negocio. Para eso, tenemos que ser capaces de hacer que el cambio fluya de abajo hacia arriba y que la idea de este mundo que queremos se vuelva viral.
Tenemos hoy una oportunidad que debemos capitalizar y que tiene que ver con el momento. Estamos hoy más que nunca ante una sociedad que le demanda más al estado, a las empresas, a las ONG, y también a los individuos. Estamos ante una coyuntura en la que, con cierta efervescencia, y en muchos casos un clamor popular, la sociedad le da visibilidad a muchos de los temas de esa agenda 2030 y se moviliza en torno a la necesidad de un cambio. Pero esa misma coyuntura es la que nos impone la necesidad de encontrar y desarrollar ideas y herramientas que nos permitan acelerar radicalmente el ritmo de cambio para alcanzar los 17 objetivos y 169 metas de la Agenda 2030.
Por todo ello, en nuestro rol, debemos ser capaces de impulsar a los líderes empresariales a empatizar con una nueva forma de planificar la estrategia organizacional en la que contemplen a largo plazo, los mayores desafíos que presenta la humanidad; así como los intereses de todos sus stakeholders. De esta manera podrán determinar una estrategia transversal a toda la organización que los encause por el camino del desarrollo sostenible.
Por último, las organizaciones no son entes aislados, sino que están inmersas en un contexto complejo en el que intervienen numerosas variables y actores. Por ello y para lograr mayores resultados, es fundamental la construcción de diversas Alianzas entre los diversos sectores pues, es esta unión y el compromiso entre los distintos actores el que hará viable la creación de este nuevo enfoque de hacer negocios.
Frente a todo lo anteriormente expuesto, tenemos como profesionales el compromiso de asesorar a las empresas hacia el desarrollo sostenible y rendición de cuentas de forma transparente. Pues, tenemos la oportunidad de asumir el Rol de líderes que las impulsen en el cambio hacia la sustentabilidad y de poner en valor el Balance Social como herramienta que nos posibilitará acompañarlas en este camino, al permitirnos reflejar el impacto social y ambiental que éstas generan y su evolución.
El profesional de ciencias económicas tiene un rol muy importante en el liderazgo de este cambio dentro de las organizaciones y en la medición de este nuevo concepto de valor.
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