El presente artículo es una adaptación del que la autora presentó en las Jornadas de la Empresa Agropecuaria que tuvieron lugar en Tandil durante 2021. Se plantean los beneficios que ofrece la ley 27.506 conocida como Ley de Economía del Conocimiento, y se detallan las dificultades que encuentran las pequeñas y medianas empresas para cumplir con los requisitos que exige el registro para acceder a los beneficios.

ARTÍCULO PUBLICADO EL viernes 25 de marzo
Edición N. 126 - Marzo / Abril 2022

NOTAS DE AUTOR

Dra. María Laura Virano Dra. María Laura Virano Contadora Pública

Más sobre este tema

El presente artículo es una adaptación del presentado por la autora en las Jornadas de la Empresa Agropecuaria que tuvieron lugar en Tandil durante 2021.
Clic aquí para descargar el trabajo completo.
Más información sobre los temas tratados y otros trabajos presentados.

Las economías modernas basan su estrategia de negocios en el conocimiento y se definen como organizaciones que agregan valor y crean bienes.

A lo largo del proceso de transformación de una sociedad industrial en una sociedad de la información y el conocimiento, las bases del conocimiento han ido cambiando. Estas bases se han trasladado de los activos tangibles a los intangibles. Su desarrollo ya no está tan influenciado por las inversiones en maquinarias, edificios, etc., sino por la inversión en conocimiento, y esto es lo que se conoce como la era de la información.

El conocimiento es un factor de producción y cambio en las sociedades modernas, esto significa que tanto la sociedad como la vida económica deben estar preparadas para adaptarse a los nuevos mercados y condiciones tecnológicas y al desarrollo de nuevas organizaciones que permitan el crecimiento y el aprendizaje.

El conocimiento se ha transformado en el ingrediente principal de todo lo que hacemos, fabricamos, compramos y vendemos. Como resultado su administración -encontrar y aumentar el capital intelectual, almacenarlo, venderlo, distribuirlo- es hoy la tarea económica más importante tanto de las empresas como de las naciones.

La irrupción de la pandemia produjo una notable aceleración en el ritmo de cambio de las industrias del conocimiento en todo el mundo y principalmente en aquellos países con mayor atraso en la adopción de nuevas tecnologías y hábitos sociales derivados de ellas.

Considerando la potencialidad de la Economía basada en el conocimiento para el desarrollo económico de los países, se sancionó en el territorio argentino La Ley de Economía del conocimiento, en octubre 2020. Con el dictado de la Ley 27.506 se establece un régimen de promoción concebido para dar impulso a la economía del conocimiento a través del desarrollo de aquellas actividades productivas que se caracterizan por el uso intensivo de la tecnología y que requieren de capital humano altamente calificado. Esta ley, denominada “Régimen de Promoción de la Economía del Conocimiento” es una nueva versión de la “Ley de Software” vigente a la fecha, aunque con un ámbito de aplicación más amplio, incluyendo a diversos sectores con el objetivo de brindar incentivos fiscales que permitan crear las condiciones propicias para que puedan alcanzar un mayor crecimiento, generar de empleo y aumentar las exportaciones.

Las bases del conocimiento han ido cambiando. Estas bases se han trasladado de los activos tangibles a los intangibles.

A tal efecto se estableció un procedimiento para la inscripción en el registro nacional de beneficiarios del régimen de promoción de la economía del conocimiento (Registro EDC).Si bien esto presenta la posibilidad de acceder a muchas oportunidades y beneficios, las pequeñas empresas que se dedican principalmente a las actividades primarias enfrentan retos para poder anotarse en el registro, ya que se requiere un orden interno, y cumplir con ciertos requisitos, es necesario desarrollar como actividad principal algunas de las mencionadas en la ley, como Software y servicios informáticos y digitales, Biotecnología, bioeconomía, biología, bioquímica, microbiología, bioinformática, biología molecular, ingeniería genética, geoingeniería. Además, quedan comprendidas las actividades de ingeniería, ciencias exactas y naturales, ciencias agropecuarias y ciencias médicas vinculadas a tareas de investigación y desarrollo experimental.

El nuevo régimen promueve empresas con uso intensivo de la tecnología y que requieren de capital humano altamente calificado.

Esta actividad principal tiene que estar representada al menos por un 70% del total de la facturación. Por otro lado, es necesario realizar gastos mínimos del 3% de la facturación total con destino I+D (Investigación y Desarrollo) en las actividades promovidas, y gastos mínimos del 8% de la masa salarial en capacitación de los empleados afectados a las actividades promovidas. Realizar exportaciones de bienes y servicios producto de las actividades promovidas por un monto mínimo del 13% de la facturación total correspondientes a esas actividades.

Si bien el trámite es simple supone que las compañías sostengan cierto ordenamiento interno para poder acceder a los beneficios. La realidad sugiere que muchas pequeñas y medianas empresas podrían acceder a los beneficios y no lo hacen por no tener una visión interna de los estados de sus documentaciones.

Entre los principales beneficios impositivos que tanto la ley como su reglamentación prevén se destacan la estabilidad fiscal en los impuestos nacionales, el régimen prevé la emisión de un bono de crédito fiscal intransferible -por un monto equivalente de hasta el 70% o el 80% de las contribuciones patronales pagadas- que podrá ser utilizado para pagar el Impuesto al valor agregado (IVA) y otros impuestos nacionales durante los 24 meses posteriores a su emisión, prorrogables por 12 meses más.

El conocimiento es un factor de producción y cambio en las sociedades modernas.

Estos beneficios impositivos no solo contribuyen a la reducción de los costos totales de la empresa permitiéndoles un mayor desarrollo, sino que agrega previsibilidad a la actividad en un contexto económico nacional afectado principalmente por la alta volatibilidad cambiaria, el estancamiento de la economía agravado con la Pandemia de Covid 19, la alta presión tributaria y la falta de infraestructura en áreas rurales que afecta principalmente a las empresas de tecnología con foco en el sector agropecuario.

Más allá de este contexto macroeconómico, muchas empresas de tecnología con foco en el sector agropecuario (AgTech) fueron ganando protagonismo, esto permite combinar dos sectores importantes para la Argentina -la economía del conocimiento y el campo-, y se presenta como una oportunidad para integrarnos en un mundo globalizado y dinámico.

Un requisito para acceder a los beneficios es destinar al menos el 8% de la masa salarial en capacitación de los empleados afectados a las actividades promovidas.

Sin embargo para aprovechar estas oportunidades y los beneficios, es importante considerar que la gestión del conocimiento es un mecanismo de eficiencia organizacional, que busca agregar valor, y fortalece el intercambio de información y experticia dentro de una organización o grupo de profesionales.

Las organizaciones nacen y comienzan a crecer, ese crecimiento debe ir acompañado de una correcta estructura organizacional y de sistemas administrativos desde el principio, ayudando a crear una base sólida que le permita optimizar sus recursos maximizar su rentabilidad y aprovechar beneficios y oportunidades impositivas.

Como mencione anteriormente muchas pequeñas y medianas empresas dedicadas a actividades primarias se enfrentan con dificultades para acceder a los beneficios y oportunidades previstos en la ley del conocimiento ya que cuando miran al interior de su estructura presentan dificultades para encuadrarse dentro de la ley o no les resulta tan visible o cuantificable los beneficios que pueden obtener, al no tener ordenados sus procesos, y contar con información actualizada.

El sector de administración se debe armar de manera adecuada y llevar los registros ordenados mensualmente, utilizando un software adecuado y acorde a las necesidades de la organización, y estar constantemente actualizado.

Por otro lado, es necesario tener un control interno, planificar, realizar cortes periódicos, tener una buena comunicación y revisar procesos. La organización es algo dinámico, que va creciendo y enfrentándose a desafíos que requieren cierta flexibilidad en un mundo tan dinámico y cambiante.

Considerando la potencialidad de la Economía basada en el conocimiento para el desarrollo económico de los países, se sancionó en el territorio argentino La Ley de Economía del conocimiento.

REFERENCIAS

Boletín Oficial de la República Argentina, “Ley 27.506: Régimen de Promoción de la Economía del Conocimiento”, Presidencia de la Nación, junio de 2019.
Claudia Pose y Alejandra Sarni, Ley de Economía del conocimiento: Beneficio y oportunidades para empresas, diario Ámbito, martes 6 de Julio, sección Economía.
Boletín Oficial de la República Argentina, Resolución General Afip Nº 4949/2021.
FUCARACCE, Jorge Raul “Conociendo a las Pymes” Ed: La Colmena, Capital Federal, 2005.
VAZQUEZ, Roberto. Bongianno Claudia “Capital Intelectual”. Ed: Macchi, Capital Federal 1999.

Los contenidos que se publican son de exclusiva responsabilidad de sus autores y no expresan necesariamente el pensamiento de los editores.


TAGS •

administración, Organización, Economía del Conocimiento. beneficios fiscales, sector rural,
Vorknews Sistema para diarios online