Realidad Profesional | Revista del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Provincia de Buenos Aires y su Caja de Seguridad Social
Según el Informe Global de la Brecha de Género 2022 faltan 151 años para que haya equidad entre varones y mujeres en lo pertinente a nuestra participación y oportunidad económica.
La autora asegura que ésta brecha se generó en parte porque las mujeres durante millones de años no nos involucramos en los temas de dinero y afirma que es importante un cambio.
Agrega que hoy la mayoría de las personas, en particular las mujeres, sufren de “analfabetismo emocional financiero”: la combinación entre la falta de educación financiera y por otro lado, su vínculo emocional con el dinero.
Como solución propone que las personas, en particular las mujeres, desarrollen su Inteligencia Emocional Financiera y así vivan un día a día con mayor tranquilidad financiera y bienestar.
Según el Informe Global de la Brecha de Género 2022 faltan 151 años para que haya equidad entre varones y mujeres en lo pertinente a nuestra participación y oportunidad económica. ¡Demasiado tiempo!
¿Por qué se generó ésta brecha? Según mis estudios en parte porque las mujeres durante millones de años no nos involucramos en los temas de dinero. Nuestro espacio fue principalmente el del cuidado de los niños, el de las tareas del hogar y delegamos en el varón la obtención de recursos, la generación del dinero.
No me gusta pensar que fue “por culpa” de los varones que hicieron esto o lo otro o “por culpa” de las mujeres que no supimos hacer esto y aquello. Verlo de esa manera solamente genera mayores brechas y justamente eso es lo que queremos eliminar ya que la vida se disfruta en equipo, juntos, no separados. Pienso que fueron acuerdos tanto explícitos como implícitos que se fueron dando y que en su momento resonaban. Hoy ya no son beneficiosos para nuestra sociedad y es por eso que es importante el cambio.
Hoy la mayoría de las personas, en particular las mujeres, sufren de lo que denomino: analfabetismo emocional financiero o sea la combinación entre la falta de educación financiera (no cuentan con conocimientos básicos para administrar efectivamente el dinero de sus negocios ni tampoco sus finanzas personales), y por otro lado, su vínculo emocional con el dinero el cual la aleja inconscientemente por justamente no haberse apropiado del mismo durante millones de años, limitando así su crecimiento económico.
¿Coincidís? ¿Te parece que hay muchas mujeres que no se “apropian del espacio dinero”? ¿Cómo se traduce dicha brecha en el día a día de las mujeres y de las familias?
Según diferentes informes del Banco Mundial se traduce en:
Muchas entidades alrededor del mundo están generando acciones concretas para reducir la brecha de género y La Agenda 2030 lo incluye como uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Alineada con ésta misión he diseñado un método para que las personas, en particular las mujeres, desarrollen su Inteligencia Emocional Financiera y así vivan un día a día con mayor tranquilidad financiera y bienestar.
¿Por qué abrazar esta misión? Porque muchas sufrimos de analfabetismo emocional financiero. Vivimos preocupadas por temas de dinero y sentimos, como mujeres, que nuestra salud económico-financiera y por lo tanto nuestro estilo de vida, depende de nuestros bajos ingresos y de los ingresos que genera el hombre de la familia. ¡Nos sentimos atrapadas, limitadas! Existe una solución a esta situación de dependencia que no potencia las familias.
Estudios revelan que más del 60% de la población mundial sufre de analfabetismo financiero, a lo que debemos agregar lo emocional. Una de sus principales consecuencias es el estrés financiero que sufre más de 75% de la población latinoamericana:
El método I.E.F® (método en Inteligencia Emocional Financiera) es una propuesta que diseñé fusionando más de 28 años de formación y experiencia internacional en el campo de la psicología, la neurociencia, la educación y las finanzas para acompañar a las personas a vivir un día a día con mayor bienestar, reduciendo significativamente su nivel de estrés financiero.
Invito a cada profesional de las ciencias económicas a sumarse a esta “misión”. Considero que tenemos que unirnos para reducir la brecha entre varones y mujeres en lo referente a participación y oportunidad económica. Debemos accionar como equipo brindando cada vez más espacios de inclusión financiera.
Por otro lado, todos tenemos un rol crucial, tanto los que diseñan productos financieros, como los que los ofrecen; los que los comunican, haciéndolo de manera empática, simple y práctica para que todas las personas los puedan comprender; y así podría seguir nombrando a cada uno de los profesionales que intervenimos en este campo.
Seguramente hay muchas acciones concretas que podrían llevarse a cabo para promover la inclusión financiera. Los convoco a reflexionar y compartir.
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